En el ámbito laboral, los tipos de despido pueden ser clasificados en tres categorías: procedente, improcedente y nulo. Estas categorías tienen implicaciones importantes para los trabajadores y empleadores, por lo que es importante conocer las diferencias entre ellas.
Despido procedente
El despido procedente se produce cuando un trabajador es despedido por una causa justificada y comprobable, como una infracción grave de sus obligaciones laborales, bajo rendimiento, absentismo, violación de secretos empresariales, entre otros motivos. En este caso, la empresa tiene derecho a rescindir el contrato laboral sin tener que pagar una indemnización al trabajador, aunque sí deberá abonar las cantidades correspondientes al finiquito. El trabajador podrá impugnar el despido si considera que no se han seguido los procedimientos establecidos, pero si se demuestra que el despido ha sido procedente, no podrá solicitar una indemnización.
Despido improcedente
Otro de los tipos de despido es el despido improcedente se produce cuando la empresa rescinde el contrato laboral sin una causa justificada o sin haber seguido los procedimientos legales establecidos. En este caso, el trabajador tiene derecho a solicitar una indemnización por despido improcedente, que equivale a 33 días de salario por año trabajado, con un límite máximo de 24 mensualidades. Además, la empresa deberá readmitir al trabajador o abonar una indemnización por el despido. En este caso, el trabajador puede impugnar el despido por las causas que considere.
Despido nulo
Finalmente, el despido nulo se produce cuando se ha producido una violación de los derechos fundamentales del trabajador, como la discriminación, el acoso laboral o la vulneración de los derechos sindicales, entre otros motivos. En este caso, la empresa debe readmitir al trabajador en las mismas condiciones anteriores al despido, abonarle los salarios dejados de percibir y reconocerle los derechos que le correspondan. No se prevé el pago de una indemnización en este caso.
Es importante destacar que el despido nulo y el despido improcedente pueden parecer similares, pero existen importantes diferencias en cuanto a las indemnizaciones y las consecuencias para la empresa. En el caso del despido improcedente, la empresa tiene la opción de readmitir al trabajador o abonar una indemnización, mientras que en el despido nulo la empresa debe readmitir al trabajador y abonarle los salarios dejados de percibir.
En conclusión, es importante conocer las diferencias entre los despidos procedente, improcedente y nulo, ya que tienen implicaciones importantes tanto para los trabajadores como para las empresas. Los trabajadores deben estar conscientes de sus derechos y de los procedimientos a seguir en caso de ser despedidos, mientras que las empresas deben asegurarse de seguir los procedimientos legales y tener una justificación válida para los despidos que realicen.
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